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miércoles, 29 de marzo de 2017
HOTEL RESTAURANTE LAS CAMELIAS DE ARTEIXO, LA CORUÑA, TIPO MIXTO (CARTA / MENÚ) TIENEN LOWCOST MENÚS.
(Bernard y las Crónicas viajeras en casas de comidas (Lowcost menús). 06 / 02 / 2.017 El Restaurante Las Camelias está ubicado en Villarrodris, a pie de carretera, en el municipio de Arteixo. A primera vista, paseando por delante del edificio, se puede uno confundir y pasar de largo, el restaurante queda casi camuflado, pasa inadvertido por estar las instalaciones dentro del hotel (Claro, que eso de pasar desapercibido, es una observación mía). Además de dar servicio de comidas a los clientes del hotel, también el comedor está abierto al público. El comedor está en el interior y no es muy grande, pero dispone de una terraza en el patio de luces, que en verano es una zona fresquita y agradable para disfrutar de una buena comida en familia. Éste restaurante también es uno de los que forma parte de mi ruta de conocer gastronómica los sabores del buen comer de Galicia y tiene factores a su favor para destacar brillantemente. Pero tengo que decir que hoy he salido decepcionado o tal vez es que me esperaba mucho más después de otras visitas y creía que el listón estaría mucho más alto. El comedor estaba bien montado en lo que corresponde a mantelería, copas y cubertería. Hay un menú especial por (18 €) los sábados
El menú lowcost de (10 €) es engañoso, al no especificarlo bien y navegar en tierra de nadie, después te cobran el café aparte y otros cambios que te dan como alternativa si no te gusta algunos de los platos que te ofrecen en el menú, pero que no lo puedes cambiar por los que tú quieres. La limpieza del restaurante y los servicios son excelente, el trato del servicio con el público es amable y cordial. Las comidas en los platos se quedan cortas y sin apenas guarnición (escasean o carecen de ellas). La presentación de los platos estupenda a veces, aunque en algunos no se ajustan a lo anunciado en el menú o puede ocurrir que el concepto que tienen los cocineros de éste restaurante se sale de lo tradicional. Por ejemplo, de primer plato he pedido caldo gallego que estaba en el listado del menú de hoy. Todos los gallegos saben de sobra lo que es el caldo de su tierra, la palabra misma te lo indica, espera que la comida sea caldosa o que tenga caldo, con todos los ingredientes que todo el mundo muy bien conocen. Pero además se lleva en una sopera a la mesa para que tú te eches en tu plato hondo o tazón. En su lugar me ponen una taza baja con todos los ingredientes trinchados, digo bien trinchados, ni siquiera picado (alubias, patatas, grelos, etc.). y el resultado es una picada compacta, casi pastosa sin caldo alguno, más se parecía a una polea, por lo denso que estaba, que a un caldo gallego. Por supuesto que no me lo comí. Pasemos ahora al segundo plato bacalao con cubierta de cebolla caramelizada. Paso a cortar el trozo y lo abro por la mitad, para sacar unos gajos y probarlo, el punto de sal se había pasado tres roscas también, en vista del resultado, pruebo un poco más, por si era solo una parte lo salado y todo tenía uniforme, es decir, lo salado era en la totalidad del trozo. Decido probar la cebolla caramelizada de la cubierta, no me queda otra, también se han pasado un rato de rosca, ahora han quemando demasiado las cebollas, tanto que le daba un sabor amargoso al plato, fruto de haberse pasado para caramelizarla en la sartén, aquello no había forma de comérselo. Lo que no llego a comprender, es como muchas veces las gentes por prudencia se callan, lo apartan y se aguantan. Porque lo de salado no hay que ser un experto en gastronomía, lo salado es salado para todo el mundo. ¿Sí lo has pagado tú, por qué se callan? Sí nadie te regala nada. Por último, la guarnición, tres rodajas de patatas finas (Que parecía que la habían tirado desde la escalera al plato) y más blancas que la nieve…seca, y sin sabor a nada… por favor échale un poco de la salsa por lo menos para disimular, no cuesta tanto, es que así te da pena hasta morderlas. Desde que llegue del restaurante a casa me he bebido casi una botella entera de agua. No quiero seguir torturando con mis opiniones a todo el que me quiera leer. Pero lo de algunos restaurantes es de juzgado de guardia. Después dicen que cierran locales. Lo más incoherente por mi parte en ésta situación es que sigo creyendo en ellos, hay que evitar las torpezas de algunos, y seguir creyendo ciegamente en la profesionalidad de las gentes de ésta casa, y lo recomendare a pesar de todo, a mis amistades, porque tengo la esperanza de que van enderezar el rumbo y lo seguiré visitando si no me echan antes, después de mis comentarios, porque hay materia prima de calidad para hacerlo bien, El trabajo lo dominan, disponen de las instalaciones y las herramientas idóneas para triunfar, creo que se debería adornar menos los platos con chorradas de vanguardia y llenar los platos de más consistencia. Los otros platos no entro en valorarlo porque no quiero pronunciarme sin haberlos probados antes, espero que no sean igual que los que me tocó a mí. También tengo que decir en honor a la verdad, que otras veces he comido mejor en éste mismo sitio ¿Dónde está el problema? En los menús lowcost. Si con los menús no cuadran las cuentas, pues no lo des y sirve todo de la carta, pero si haces los menús de Lowcost, hay que cumplir correctamente por ética y por amor propio.
En ésta vida hay que dejar las florituras, y ser más prácticos…que es lo que atrae a las gentes, lo palpable y no lo filosófico, menos adornos florales y platos medios vacíos en las comidas, porque al final esas mismas gentes que no encuentran la consistencia en los platos, huyen y no vuelven más, por mucho que los adornes.
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