bernardonuba.blogspot.com.es
miércoles, 29 de marzo de 2017
LA FÁBRICA, UN RESTAURANTE EN ARTEIXO, LA CORUÑA, TIPO MIXTO (CARTA – MENÚ) CON (LOWCOST MENÚS). 27 / 02 / 2.017
BERNARD, CRONICAS VIAJERAS EN CASAS DE COMIDAS. Éste restaurante está ubicado en la antigua carretera paralela a la nacional, en el nº 156 de la travesía de la población de Arteixo (La Coruña). El local ocupa casi todo el bajo del edificio, es decir, que es un establecimiento muy amplio y además dispone en la calle de espacios suficiente para poder aparcar sin problemas. La decoración es austera, no propia de un restaurante, es más bien tirando a un mesón por las mesas y los bancos que rodean las paredes interiores, del tipo cajonera. Noto falta de ventilación en los comedores, el ambiente está muy cargado y eso que ahora no se fuma. La barra está montada en ¨L¨, y el señor encargado de servir, creo que es un músico frustrado que no lo llamaban para actuar y abandono su verdadera profesión de batería de un grupo musical y se metió a camarero, dado los garrotazos que le da a los platos, a los vasos y a la cajonera de la zurrapa del café. El servicio en la barra es malo tirando a peor, la caña carísima para no llevar algo de acompañamiento y el cliente se siente totalmente desasistido y frustrado en ella. Los servicios son amplios y dispone de urinario vertical el de caballero. La limpieza es aceptable. En la entrada del local no hay escalones por lo tanto lo hace accesible al personal con movilidad reducida. Las mesas están desnudas, no existen mantelerías, ni las de papel desechables, te colocan un tapete de papel, que a duras penas caben los cubiertos y sin el kit de condimentación (Vinagrera, aceitera, sal y palillos). La sensación que da, es la de una tasca perdida en la montaña, y a la que no le ha llegado la modernidad. Aunque para comidas de batallas sirve. Si la dirección lo que quiere es esto, no tengo nada más que añadir. Pero si lo que pretende es dar una imagen con más prestigio (Hay que cambiar de mentalidad). Hoy por hoy el que tenga la costumbre y el gusto de sentarse a comer en una mesa como Dios manda, que se olvide de éste sitio. No es necesario convertir el local en un lugar de lujo, pero algo más cuidado sí que sería positivo. Le sobran mimbres con los que tienen, para hacer de éste sitio algo especial, agradable y tranquilo y ofrecer una velada de relax al cliente. El servicio de mesas es joven y muy voluntarioso, pero con falta de oficio, necesitan acudir a reciclarse a una escuela de hostelería para aprender conceptos básicos. El comedor parece la carrera de San Silvestre, aquí todo el mundo va corriendo y vociferando de un lado para otro como si estuvieran en un maratón, como pollo sin cabeza (Falta organización). El ruido es exagerado para un local de éstas características, y los niños corretean entre las mesas molestando los clientes (La dirección del local debería poner orden en esto). El menú del día debería estar a disposición del público a primera hora de la mañana de una forma impresa y no, en una pizarra en la puerta, con faltas de ortografías y que apenas se entiende. Hablemos de las comidas de Lowcost que es el tema que más interesa al público (10 €). De primero tenía la opción de sopa de verduras o ensalada mixta. Y de segundo solomillo de pollo con arroz y salsa tártara o conejo en pepitoria con patatas fritas. Elegí ensalada mixta y la verdad que iba un poco pobre. La segunda elección el solomillo de pollo, se le había acabado la guarnición anunciada para éste plato, cuando había medio comedor esperando para comer, y si los demás piden lo mismo, vaya faena. Le pido a la chica que me deje hablar con el cocinero para cambiar la guarnición para éste plato y me dice que en la cocina está prohibido entrar y hablar con el cocinero. No entiendo ésta postura, no sé qué quieren ocultar, si yo solo quería hablar para incorporar a mi plato elegido, otra guarnición que ya tuviera preparada, y que yo pudiera escoger, en definitiva, el problema no era mío, la falta de capacidad de programar las comidas, es tarea de la cocina. Nada… no hubo manera de contactar con la cocina. Vds. piensen al respecto lo que quieran, pero no es normal hacer de la cocina un fortín blindado. Al final me hicieron una componenda que valió para salir del paso, pero esto me da que pensar que muchas comidas se improvisan sobre la marcha, según la cantidad de clientes que acudan ese día. Del postre, la bebida y el descafeinado, estaban bien, De los platos, la cantidad de comida es aceptable a veces, pero la presentación y la ejecución de los mismos tienen que mejorar algo más. Algunas camareras con las prisas parece que te tiran los platos desde el pasillo en lugar de colocarlos encima del tapete. (La calidad / precio) está bien, pero hay mucha competencia por las zonas y si no se quiere perder terreno, tenéis que espabilar, porque con todas las anomalías que he observado, pierde mucho el establecimiento, y me gustaría entrar otro día y ver otro aire distinto, en lugar de un sitio con comidas de batalla y con tantos fallos. La fábrica puede ser un lugar de referencia y de prestigio si la dirección quiere.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario