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jueves, 30 de marzo de 2017
RESTAURANTE LOS ROBLES EN ARTEIXO, LA CORUÑA, TIPO MIXTO (CARTA – MENÚS). LOWCOST.
Bernard y las crónicas viajeras en casas de comidas (lowcost). El restaurante Los Robles, otra joya de la corona a pulir en Arteixo. A éste paso la zona se está convirtiendo en la ruta del paraíso de los restaurantes lowcost de la Costa Norte Gallega. Ubicado a pie de la antigua carretera de circunvalación del casco urbano de Arteixo, ocupa toda la planta baja del edificio, con una superficie aproximada de 300 m2. Quizás algunas veces en horas punta cueste encontrar sitio para aparcar, debido a la afluencia de clientes a más restaurante que trabajan por la misma zona. Cuenta con dos amplísimos comedores en los laterales del local, la cocina y la barra en la parte central, y todo el perímetro está cerrado con una cristalera en blanco, tipo galería gallega, que le da una luminosidad esplendorosa al establecimiento. Yo diría que es la perla del restaurante. La decoración es austera y sobria, y dado la amplitud de los comedores parece que las mesas estuvieran aisladas como flotadores en un océano inmenso. Las puertas de entrada tienen escalones y carece de rampas para hacer accesible la entrada a personas con movilidad reducida. Cuentan con dos servicios dobles, uno por cada comedor, los azulejos son negros y les da mucha oscuridad a los servicios. Le falta urinario vertical y secadores de manos, son un poco pequeño y estrechos para la envergadura del establecimiento. La limpieza en general es aceptable en los comedores, servicios y cocina. El personal es joven, amable y cordial, con muchas ganas de luchar por sacar el negocio adelante, en horas puntas quizás sea necesario ampliar el personal para cubrir el servicio correctamente. La cocina elabora comidas caseras con matices más modernistas. Le falta unificar los uniformes del personal, y adecuar la barra un poco. Se necesita vestir las mesas más y mejorar la decoración para que no de la sensación de vacío en los comedores, los floreros en las mesas si se ponen hay que adornarlos con flores fresca, o no, poner nada, porque los que hay son ridículos, con las flores secas y encima estorban. Las paneras hay que vestirlas con paños claros y no colocar servilletas de papel negro, el pan no hay que cortarlo tan pequeño y es escaso. El personal de cocina deberían ir de blanco y con el pelo recogido, al manipular los alimentos hay que usar guantes de later blancos y la cocina tiene que estar muy ventilada. Las cristaleras ganarían muchísimos si se visten con cortinas plisadas de vuelo corto, con cogidos laterales a media altura desde el techo. O otra alternativa más fácil es poner una franja horizontal de no más de 1 metro de ancha de color, a modo de visillo que haga juego y contraste en la parte central de las vidrieras blancas. Se podría poner de distinto color los dos comedores para diferenciarlos y dejar uno para eventos y comidas especiales y el otro para el servicio diario. Ésta reforma le daría una prestancia y más presencia al local, y desde el exterior también le daría una imagen y un empaque de elegancia y colorido que le hace mucha falta. Vestir las cristaleras con algo de color le daría alegría al establecimiento, ahora parece la recepción de un tanatorio. Éstos cambios, llamaría más la atención y serviría al mismo tiempo de reclamo, sin excedernos claro está, no vallamos a pasarnos y lo confundan con un putiferio. En la discreción y en equilibrio está en término medio para dar con el punto de elegancia y estilo que el Restaurante está demandando. Para que un restaurante de (lowcost), destaque y no pase desapercibido, que es lo que ocurre ahora, al cliente hay que atraerlo primero por la curiosidad y después por (calidad / precio) de las comidas. También debería actualizar su información de internet para que las personas que vengan a visitar Galicia y los propios de la zona tenga a primeras horas de la mañana los menús del día actualizados con sus correspondientes precios de la carta y el coste del lowcost. Ahora vamos a analizar las comidas de lowcost. Cuenta con recetas variadas, donde se mezclan las carnes, las verduras y el pescado fresco de la costa. El coste del lowcost es de (10 €), y cuenta con cuatro platos a elegir de primero y de otros cuatros a elegir de segundo. En el día de hoy tenían las opciones de primero ensaladilla de piña, empanada de pollo casero, salteado de verduras, pasta y langostinos y por ultimo un caldo de pollo con fideos, en los segundos tienen la opción de bacalao en salsa, merluza del pincho en salsa, jarrete de ternera gallega y por ultimo paleta de cerdo ibérico al horno. Las bebidas están a elegir entre la caña clásica de cerveza, el refresco, el agua o el vino de la casa. Los postres variados caseros, y el pan de boya gallega con el café incluido. Yo comprendo que con el precio de los (lowcost) no se puede exigir tanto, pero ahí está la diferencia, en la cantidad de comensales que se sirva en el día, eso dará la rentabilidad y la calidad a los lowcost del restaurante. En términos generales la presentación de los platos es pobre y no son muy generosos en cantidad, no se cuidan bien las guarniciones o carecen de ellas. Hay que poner algo más de imaginación sin caer en la cursilería de los churretones de salsa del biberón de turno en los platos. Las ejecuciones de los platos están bien, pero le falta rematarlos para que se note que las manos de una cocinera han intervenido en la preparación de la comida casera y no un chef de pacotilla. Para las carnes y el pescado cuando sus elaboraciones van solas, se deberían tener preparado algunas salsas para ofrecerlas al comensal, lo mismo que en las ensaladas y los aliños, hay que colocar en éstas mesas (El vinagre, la sal y el aceite). En éste caso de hoy he pedido la ensaladilla de piña, que estaba de sabor riquísima, me he quedado con ganas de comer un poco más, de segundo he pedido la paleta de cerdo ibérico al horno (Éste puede ser el plato estrella del local, puliendo algunos detalles), el plato es para lucirse por su exquisitez pero de irregular ejecución, porque estaba pasado el punto de sal y también lo debería haber tenido unos minutos más al horno, la guarnición podía ser más esplendida para que el plato llegara a triunfar por completo, aun así, me lo comí todo porque el plato merecía la pena (Se debería haber preparado una salsa agridulce al caramelo para acompañar y ya sería un lujaso de plato, puede valer para comer también los diabéticos si preparamos la salsa con sacarina liquida y es muy fácil de hacerla). El postre excelente, la cerveza me gusta beberla en copa fría, otro detalle a tener en cuenta y el café correcto. Yo creo que el restaurante necesita preparar un plato especial de la casa (Que podía ser el referido anteriormente), que marque la diferencia de otros locales de la zona porque hay mucha competencia y debería buscar alguna receta que marcara la distancia de los demás locales que trabajan en la zona. Para que el plato especial de la casa sea el sello insignia del restaurante y por el que sea reconocido. Como decía al principio, éste restaurante es un diamante en bruto que solo le falta pulirlo un poco más para que pueda destacar en su género. También hay que tener en cuenta hoy en día, que un restaurante que se preste de ello, tiene que disponer de ingredientes para elaborar comidas para celiacos y diabéticos. Hay que contar si o si con solventar las rampas y los servicios para minusválidos. Si se resuelven poco a poco éstas anomalías y mis sugerencias no caen en el vacío, y pueden valer para algo, me llevaría una gran alegría de ver como un negocio como éste en plena crisis puede triunfar.
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